Leyenda corta del Ex Convento de Santa Mónica

Cuenta la leyenda que el lúgubremente hermoso ex Convento de Santa Mónica que se encuentra en Puebla tiene historias escalofriantes y debe ser cierto puesto que su historia está ligada al sufrimiento de quienes allí permanecieron durante muchos años, algunos incluso la mayor parte de su vida hasta el fin de sus días.

Fueron mayormente mujeres, pues todos los intentos por hacer uso de este espacio se encaminaron hacia la ayuda a las féminas. Primero, fue una especie de refugio de esposas de españoles que se ausentaban por la guerra u otros negocios que le movían fuera de México, algo como un “cuidado de esposas solas”, pero económicamente la idea no prosperó. Luego, se instaló una casa para mujeres perdidas, el bosquejo primario de una cárcel de mujeres, primer reformatorio de la historia de la localidad.

Esto sucedió en los albores del siglo XVII. Posteriormente, el reformatorio se trasladó a otro edificio en la misma construcción y derribaron la estructura, sobre la cual construyeron un colegio para viudas españolas con todos los espacios típicos de un convento: los oratorios, las celdas de novicia, áreas de aseo y una iglesia que la hicieron nueva. Unos años más tardes, se convirtió en el Convento de las Agustinas Recoletas.

Tantas mujeres con sus historias y sufrimientos vivieron y murieron allí que algunas aparecen a los visitantes del lugar. Cuenta la leyenda que, en lo que actualmente es un museo de arte religioso, las paredes están llenas de osamentas de mujeres y fetos, muchos fetos. Las muertes prematuras, los encierros voluntarios o impuestos, la locura manifiesta de algunas de las primeras recluidas cuando era un reformatorio, los delitos de otras, las injusticias sufridas al ser traídas aquí por hechos que se le adjudicaron siendo falsos.

Son todas historias que aderezan este lugar y que dan pie a pensar que ciertamente es un lugar donde muchas almas estarán vagando en pena. Algunas personas ven figuras femeninas vestidas de blanco transitar en distintas partes de la estructura. Otros han escuchado llantos tanto de niños como de mujeres, ciertos visitantes han sentido la presencia muy cercana a su cuerpo de una mujer y hasta han percibido un aroma.

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